Historia

                      Duduk

Toda persona siente la melodía a su manera, que se asemeja a la voz humana. Por tanto, es más conmovedora y emotiva, más influyente y cercana al corazón. El duduk no es solo un instrumento. El duduk es un alma y un sentimiento, es poesía sin palabras, es una llamada y un camino hacia la profundidad del corazón humano. El duduk nació hace muchos siglos de la madera de albaricoque armenia cuando el hombre armenio quiso vaciar su alma y contar las cosas que no se podían expresar con palabras. El albaricoquero tiene una madera dura y rojiza. Crece en el calor y el sofoco, aguanta las heladas y el calor de su lugar de nacimiento: el altiplano armenio. Y se seca mientras se endurece continuamente. Cuando se golpea el tronco del albaricoquero, se oye un timbre metálico: parece que el árbol está cantando. Fuerte, firme, sólido, un canto emocional lleno de sentimientos. El hombre armenio llamó al instrumento que estaba hecho de madera de albaricoque “pipa de albaricoque”. Más tarde ese maravilloso instrumento se presentó al mundo con el nombre Duduk. Hoy en día suena en todo nuestro planeta y se está convirtiendo en el intérprete de las más bellas y profundas emociones no sólo para los armenios sino para toda la humanidad. El duduk es un lenguaje que llega a todas las naciones, el duduk es un sentimiento que toca a todos los humanos en cualquier lugar y en todo el planeta.